Aunque puede que no sea lo primero en lo que pienses cuando este país aparece en una conversación, Perú y la migración van de la mano. Desde el Imperio inca hasta los tiempos modernos, los peruanos tienen la habilidad de moverse por su país único y diverso, e incluso han ido más allá de sus propias fronteras. En las buenas y en las malas, la diáspora peruana y sus ciudadanos siempre han perdurado.
El fenómeno migratorio en Perú
Cientos de años después de que la población indígena sufriera el desplazamiento masivo y la explotación a manos de la colonización, Perú comenzó a ver enormes olas de migración de todo el mundo.
Muchos ciudadanos cruzaron el Atlántico y el Pacífico en busca de mejores oportunidades que la floreciente economía peruana proporcionaba, muchos de ellos procedentes de España, China o Japón.
Sin embargo, mientras que los dos últimos son los grupos de migrantes asiáticos más grandes, los peruanos de hoy en día también son descendientes de filipinos, malayos y camboyanos.
En la segunda mitad del siglo XX, las dificultades económicas y la violencia derivada de la inestabilidad política condujeron a un enorme proceso de migración interna de las zonas rurales a los centros urbanos.
En un informe de 2022 , el PNUD destacó varios puntos clave sobre la migración en Perú, incluida la migración impulsada por diferentes oportunidades económicas y factores sociales, un fuerte aumento en la afluencia desde Venezuela o las dificultades que enfrentaron los ciudadanos durante la pandemia del Covid-19.
El PNUD explica que en los últimos años se ha producido un aumento más notable tanto de la migración interna como de la emigración; dentro del país, las personas continúan mudándose a las principales ciudades, como la capital Lima, mientras que otros buscan otras oportunidades favorables en países vecinos como Chile.
La pandemia del Covid-19 también jugó un papel importante en el reciente movimiento de peruanos. Un grupo demográfico más joven estaba, y sigue estando, más interesado en buscar oportunidades de trabajo en diferentes países.
El impacto ambiental
Otro factor en alza para los peruanos que atraviesan la migración nacional o internacional es el cambio climático. Según la Unesco, Perú es particularmente vulnerable a estos cambios.
La región montañosa del país es propensa a temperaturas extremadamente altas y temperaturas extremas bajo cero, lo que amenaza con el retroceso de los glaciares, mientras que las selvas tropicales sufren inundaciones a gran escala y sequías severas.
Además, en los miles de kilómetros de la costa peruano se registran periodos de sequías constantes, temperaturas extremadamente altas o fuertes vientos. Pero lo más amenazante son los constantes eventos de calentamiento y enfriamiento de la temperatura de la superficie del océano Pacífico, que causan cambios atmosféricos inusuales y pueden afectar los patrones de lluvia, entre otros factores relacionados con el clima, explica la Unesco.
En esencia, las tendencias migratorias de Perú están marcadas por una combinación de movimientos internos y externos impulsados por el cambio climático y eventos mundiales imprevistos, lo que lleva a los peruanos a buscar oportunidades de trabajo en otros lugares, lo que ha tenido importantes implicaciones para el desarrollo del país.
Las remesas como salvavidas
La tendencia de urbanización y migración de Perú continúa hasta el día de hoy. Las remesas desempeñan un papel clave en la facilitación de estas migraciones y demuestran ser una fuente fundamental de ingresos para muchas familias peruanas: proporcionan estabilidad financiera, contribuyen a la economía local, alivian la pobreza y mejoran el nivel de vida de los receptores.
En la economía peruana, las remesas tienen un gran impacto en la ayuda financiera que se brinda a las familias y comunidades. Según los datos del Banco Mundial, las remesas enviadas a Perú han crecido enormemente desde 2020, y los peruanos recibieron 4.240 millones de dólares en 2023, lo que representa alrededor del 1,5% del PIB del país.
Como tal, las remesas en Perú juegan un papel multifacético, que el Banco Mundial considera crucial cuando se trata de reducir la pobreza y elevar a las familias por encima de la línea de pobreza. El apoyo financiero adicional permite una mejor calidad de vida gracias a las inversiones en salud, educación o vivienda.
Además, muchos migrantes peruanos que deciden regresar algún día a casa también traen consigo una gran cantidad de nuevas habilidades, ahorros e ideas de negocios, además de ayudar a aliviar la pobreza y estabilizar la economía en tiempos de crisis.
El dinero que reciben las familias peruanas por concepto de remesas también se destina a la inversión en educación y salud, lo que es particularmente significativo en las zonas rurales, donde las oportunidades económicas son más limitadas que en las ciudades.
Aunque la recepción de remesas es mucho mayor, no se puede pasar por alto el envío de remesas desde Perú, ya que también es un país que alberga una gran cantidad de migrantes, la mayoría de los cuales son venezolanos.
Según ACNUR , actualmente hay más de 1,5 millones de venezolanos viviendo en Perú que han sido desplazados forzosamente de su país de origen. En marcado contraste, el segundo grupo migrante más grande está compuesto por alrededor de 45.000 colombianos.
En general, Perú alberga un considerable número de migrantes, y gran parte del dinero que sale constituye una parte notable de las interacciones económicas del país con el mundo. Según Knomad, el valor de las remesas salientes desde Perú aumentó a 322 millones de dólares en 2023, volviendo al nivel previo a la pandemia, ayudado en gran medida por una fuerza laboral migrante en constante crecimiento.
Política y Regulación: Regulación de las Remesas Informales
Como país que depende en gran medida de las remesas, tanto hacia adentro como hacia afuera, Perú ha tenido que garantizar una supervisión adecuada a la hora de enviar y recibir dinero. Hoy en día, los canales formales son la preferencia de los consumidores, dado que están impulsados por tarifas competitivas y una mayor seguridad, según el FMI.
Sin embargo, no siempre ha sido así. Según explica el FMI, la existencia de un mercado informal de remesas en Perú se debe principalmente a la presencia de la informalidad de por sí, que ha representado una parte importante de la economía y la fuerza laboral peruana.
Gracias a las mejoras regulatorias, el establecimiento de regulaciones formales y la participación de los bancos, se ha conseguido una mayor transparencia y seguridad de los canales de remesas y una disminución de los canales informales.
Los principales actores del juego regulatorio fueron la Superintendencia de Bancos y Empresas de Seguros (SBS) y el Banco Central, quienes a partir de 2003 adoptaron los datos de la SBS para los registros oficiales de remesas. Esto hizo que se pudiera hacer un mejor seguimiento de las remesas.
Esta colaboración entre reguladores fue tan exitosa que para 2011 el uso de canales informales para enviar dinero a Perú se redujo a un 10-12%, según el FMI, en consonancia con otros países latinoamericanos.
Y para 2012, las encuestas indicaron que la mayoría de las remesas se enviaron a través de canales formales, como operadores de transferencia de dinero y bancos, lo que ayudó a mantener un porcentaje relativamente bajo de canales informales.
Porfirio Pisfil Aguirre, cliente de Ria desde hace mucho tiempo, confía en los beneficios de usar canales formales para enviar dinero a sus seres queridos en Perú. Este panadero de 67 años vive en Chile desde hace casi dos décadas y ha utilizado los servicios de Ría durante más de diez años, ayudando a su familia en casa y asegurándo de que su dinero llegue a donde lo necesita.
«Cada vez que he venido, el personal de Ria me han atendido de lo mejor», dijo. «Cuando envío dinero a través de Ria, siento seguridad y confianza«.
Perspectivas de futuro a través de la inclusión financiera
En su artículo «Inclusión financiera en Perú: evaluación y perspectivas», Emerson Toledo Concha y Víctor León Reyes destacan que la inclusión financiera en Perú se considera un motor clave para el crecimiento económico y el alivio de la pobreza, con el objetivo de proporcionar servicios bancarios asequibles para todos, incluidos los grupos desfavorecidos. El país latinoamericano ha logrado avances significativos, ocupando un lugar destacado en los indicadores globales de inclusión financiera, y ha desarrollado un sólido marco regulatorio guiado por el Comité Multisectorial para la Inclusión Financiera (CMIF).
Pero aún queda un largo camino por recorrer en términos de brindar acceso a los servicios financieros a la población. En agosto de 2015, el CMIF fijó el objetivo de garantizar que el 75% de la población peruana tuviera acceso a una cuenta bancaria en los siguientes años.
Sin embargo, en 2022 solo el 56% de los adultos en Perú tenía acceso a servicios financieros a través de una cuenta con una organización regulada, explicó el artículo.
Para cualquier país, aumentar la educación financiera es crucial, ya que los programas educativos personalizados pueden empoderar a las personas para que tomen decisiones financieras informadas. Ampliar el acceso a los servicios financieros, especialmente en las zonas rurales y desatendidas, puede lograrse estableciendo más puntos bancarios, promoviendo los servicios digitales y aprovechando las innovaciones fintech para ofrecer soluciones asequibles.
Además, el desarrollo de productos financieros específicos para grupos concretos, como la diáspora venezolana, puede abordar sus necesidades únicas y acabar fomentando un entorno financiero más inclusivo que apoye el crecimiento económico y mejore los medios de vida de los ciudadanos peruanos y los migrantes que viven en el país.
En conclusión, la historia de migración de Perú, tanto interna como externa, ha moldeado significativamente su panorama socioeconómico. La migración interna ha impulsado la urbanización, mientras que la migración externa, motivada por las oportunidades económicas y los desafíos ambientales, ha llevado a muchos peruanos al extranjero.
Las remesas se han convertido en un salvavidas para la economía peruana, desempeñando un papel crucial en el alivio de la pobreza y la mejora del nivel de vida de las familias. Con el aumento de los canales formales de remesas, Perú ha avanzado en la regulación de estos flujos financieros, lo que, junto con los esfuerzos por fomentar la inclusión financiera, respalda el crecimiento económico y la estabilidad a largo plazo.
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Sobre el autor
Shay Conaghan
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