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El poder de la cocina de mamá: conectando culturas y generaciones a través de la nostalgia culinaria

El poder de la cocina de mamá: conectando culturas y generaciones a través de la nostalgia culinaria

April 30, 2024 5 min read

Ya sean unas empanadas hechas lejos de casa o un simple pico de gallo que nos transporta al pasado, todos estamos de acuerdo en que la cocina de nuestras madres tiene el poder de transportarnos a nuestros recuerdos más entrañables de la infancia. De hecho, este fenómeno es intrínsecamente humano.

La relación existente entre comida e inmigración es fuerte, importante y cada vez más común. Muchos emigrantes hacen todo lo posible por recrear recetas familiares con tal de sentirse más cerca de casa, llegando incluso a buscar supermercados especializados para usar los ingredientes más auténticos. Pero a menudo lo que realmente se echa de menos es el cariño transmitido a través de la cocina.

Para este Día de la Madre, queremos profundizar en la nostalgia que evoca la comida y el efecto que produce en los migrantes.

Nostalgia culinaria: evocando recuerdos

Uno de los efectos emocionales que la comida puede tener en las personas es algo llamado memoria involuntaria. Este concepto se relaciona con ser transportado instantáneamente a un recuerdo cuando entra en contacto con un desencadenante, como bien puede ser un sabor u olor.

El máximo exponente de la memoria involuntaria se encuentra en la novela del siglo XX de Marcel Proust, En busca del tiempo perdido, cuyo protagonista se acuerda de una memoria de la infancia olvidado hace mucho tiempo al comerse una magdalena.

Pero esto no es algo que Proust inventó. De hecho, hay investigaciones académicas y evidencia detrás de este sentimiento nostálgico, particularmente cuando se trata de los alimentos.

Recuerdos listos para el horno: cómo la comida involucra a nuestro cerebro

En un artículo de la BBC sobre el tema de la nostalgia culinaria, la psicóloga clínica Susan Krauss Whitbourne comentó que los recuerdos de la comida involucran áreas muy básicas del cerebro que pasan por alto nuestra conciencia consciente, razón por la cual es posible tener reacciones emocionales al comer alimentos que hemos asociado a nuestros recuerdos.

Pero Whitbourne también afirmó que estos recuerdos pueden asociarse con las actividades relacionadas al acto de cocinar la comida, no solo comerla. Por ejemplo, dijo que si un miembro de la familia te enseña a hacer cupcakes de chocolate, ese proceso se convierten en parte de una experiencia más amplia con esa persona.

En pocas palabras, tanto el acto de comer como el de preparar la comida pueden llevarnos instantáneamente a un recuerdo pasado que relacionamos directamente con cualquier plato que estemos preparando o consumiendo. Para nuestra colega Valeriia, cocinar platos tradicionales como el borscht logra hacer que se sienta como en casa, a pesar de que se fue de Ucrania, su país de origen, a los 17 años.

Para Whitbourne, las comidas familiares del pasado son más significativas emocionalmente cuando las asociamos con olores y sabores reconocibles, que para muchos migrantes pueden ser muy diferentes de lo que están experimentando en el presente. Pero cuando se trata de comida, la nostalgia no es lo único en juego. Los migrantes también pueden usar la comida como una herramienta para sentirse más arraigados en su nuevo hogar.

Un sentido de pertenencia constante: conectando culturas a través de la cocina

Aunque parezca extraño, los migrantes se sienten mejor o más cómodos aclimatándose al país al que acaban de llegar cuando cocinan platos de sus países de origen.

En su estudio, Nostalgia culinaria: autenticidad, nacionalismo y diáspora, Anita Mannur observa varias formas en que los migrantes usan la comida para mantenerse conectados con su cultura. Experimentan y recrean los sabores y olores auténticos de su pasado, que les ayudan a transportarse de vuelta a su tierra natal, pero que a su vez ayuda a amplificar su sentido de pertenencia a su nuevo país.

Los migrantes también mantienen ciertas prácticas culturales, como las diferentes formas de preparar los alimentos, que han pasado de generación en generación. Del mismo modo, el conocimiento cultural se comparte a través de sus comidas, ya que cocinar con o para otras personas les permite mantenerse conectados con su país de origen e integrarse más fácilmente con el nuevo.

Mannur dice que otra forma en que los migrantes pueden conectarse con su país es intentando obtener ingredientes de su país. Mientras lo hacen, se embarcan en una especie de búsqueda simbólica pero práctica, que les ayuda en su búsqueda de continuidad, a pesar de los desafíos de la nueva vida en el extranjero.

En Approaches to Food and Migration: Rootedness, Being and Belonging, Emma-Jayne Abbots redobla la misma idea. Para los migrantes, que están sometidos a una serie de influencias en su vida cotidiana, la comida desempeña un papel importante a la hora de anclarlos a su nuevo hogar, a pesar de la nostalgia que esta le pueda provocar por su país de origen.

En esencia, un migrante que tiende a cocinar o comer platos tradicionales que comió mientras crecía puede adaptarse más fácilmente a su nuevo entorno mientras preserva su herencia cultural.

Campaña del Día de la Madre de Ria: Recetas a distancia

Para algunos de nosotros, la conexión emocional con la comida de nuestra familia es tan poderosa que es difícil dejar de lado ciertos elementos como lo sería acompañar las comidas con pan o inclusive comer ciertas cantidades o en diferentes horas.

En el caso de Cheikh, se trataría del arroz, que hasta el día de hoy es un alimento básico en su dieta y es uno de esos ingredientes a través de los cuales, sin importar la distancia, todavía siente esa conexión hogareña.

Y ese es exactamente el mensaje que queríamos transmitir a través de nuestra campaña del Día de la Madre, que hace una reflexión sobre la conexión entre los migrantes, la comida y el amor de mamá que no conoce límites.

La historia trata de una joven migrante que intenta recrear las empanadas de su mamá, solo para darse cuenta de que estaba siguiendo la receta demasiado de cerca en lugar de cocinar a ojo como lo hace su mamá. Al final, recuerda el cariño con el que su mamá le cocinaba las empanadas y es lo que la ayuda a decifrar la receta y sentirse más cerca de su familia.

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Sobre el autor

Shay Conaghan

Your friendly neighbourhood Content writer. Scottish-Spanish, or something along those lines.